El pasado 19 de noviembre tuvimos el gran placer de contar con  la presencia del filósofo español Juan Deival en nuestra universidad. En esta conferencia resumió a la perfección los principales problemas que nos encontramos en la actualidad en las escuelas. Personalmente, estoy de acuerdo en todos los aspectos que mencionó y, al igual que el profesor Deival, considero que se tienen que cambiar para poder progresar y preparar a los alumnos y alumnas para la vida en un futuro.

 

     Como bien mencionó el ponente, el objetivo de la escuela es preparar a los niños y niñas para su vida en el futuro. Pero, la escuela de hoy en día, poco a poco, está fracasando por una serie de aspectos. La escuela está fracasando porque los alumnos y alumnas no logran realizar un buen aprendizaje, puesto que cada vez son más los contenidos que nos encontramos en el plan de estudios. Los niños y niñas se saturan con tanta información, lo que hace que no entiendan los contenidos, lo memoricen y, tarde o temprano, se olviden de ellos. Por lo tanto, se hace imposible que los niños y niñas apliquen los conocimientos que adquieren a la vida cotidiana. Todo esto hace que aumente el abandono escolar y muchos adolescentes no acaben la educación obligatoria. Además, existe una educación no democrática, dado que está basada en la autoridad del profesor. En la educación y en todos los ámbitos, se tendría que tener en cuenta la opinión de los niños y niñas, puesto que son ellos y ellas los protagonistas. Son el futuro.

 

   En la actualidad, se habla muy a menudo de Reformas Educativas con las que se pretende conseguir una educación de calidad. Estas reformas se deberían centrar en crear un clima de convivencia adecuado entre todos los que están dentro y fuera de la escuela. Es necesaria la colaboración y participación de las familias en la educación de sus hijos e hijas y en el centro educativo. También, es recomendable que los alumnos y alumnas desarrollen la empatía, poniéndose en la piel de otros para, así, ayudar a resolver conflictos.  Los niños y niñas tienen que adquirir cierta autonomía y responsabilidad y aprender a ser ciudadanos practicando las virtudes desde el comienzo. Tienen que aprender a vivir en sociedad.

 

  Un gran fallo que se comete en las escuelas es, como se ha mencionado antes, la sobrecarga de contenidos educativos. Se tiene que cambiar los contenidos escolares, pero también la manera de enseñarlos. Hay que tener en cuenta las necesidades y los gustos del alumnado. Además, se debe  saber que los niños y niñas nunca parten de cero, tienen unas ideas previas que el docente ha de tener en cuenta para comenzar el proceso enseñanza-aprendizaje. El maestro o la maestra tienen que promover la capacidad de reflexión y análisis de los niños y niñas para que busquen soluciones nuevas y sean creativos.  Cabe mencionar también que la escuela es un punto de encuentro. Por lo tanto tiene que estar abierta a todo tipo de personas con las que los niños y niñas  puedan aprender.

 

   En conclusión, se necesita realizar unos cambios en la escuela para hacer posible su objetivo principal. En esta tarea, la figura del profesor es esencial, puesto que tiene que poner todo de su parte para que el alumno aprenda. Tiene que convertirse en un modelo. Por otra parte, se deberían modificar los planes de estudio y quitarles tanta carga a los alumnos y alumnas. Finalmente, hay que mencionar que es necesario hacer que los alumnos y alumnas aprendan a relacionarse con los demás y su entorno, aportándole algo positivo al mundo. Por todo lo mencionado, como futuros docentes tenemos que ser conscientes de todas las debilidades que existen en la escuela para en nuestro futuro laboral no cometer errores y contribuir a que exista una calidad en educación.